Siembra y mantenimiento de árboles
La siembra y el mantenimiento de árboles se realizan ya sea para implementar una plantación forestal, para reforestar un área afectada, para establecer cercas vivas en los potreros o linderos o simplemente para ornato y recreación.
Existen plantaciones forestales productoras de madera, alimentos y forraje para animales. También hay plantaciones protectoras que ayudan a preservar los nacimientos y márgenes de ríos y fuentes de agua y proporcionan hábitat a especies silvestres de plantas y animales.
Igualmente hay bosques de uso múltiple que combinan las funciones de protección, producción y conservación de flora y fauna.
Primero se limpia el terreno, repicando las malezas que luego servirán de abono. No es necesario limpiar totalmente el lote ya que se requiere aproximadamente un metro cuadrado de plato limpio para cada árbol.
Se hace un hoyo cuadrado de dimensiones aproximadas de 40 x 40 x 40 centímetros o según la especie a sembrar. La tierra que se saca del hueco se deja a un lado bien repicada. En este momento se puede mezclar al suelo, productos a base de micorrizas que se encuentran en las tiendas agropecuarias, cuyo aspecto es similar al compost y que facilitan el enraizamiento de las plantas en general.
La siembra se hace en época de lluvias, quitando la bolsa a los arbolillos escogidos en vivero, desechando las plántulas débiles, con tallos bifurcados o con escasez de raíces. El arbolillo sale con un molde cilíndrico de tierra en sus raíces, el cual se deja y se ubica en el centro del hoyo, agregando la tierra que se había dejado al lado y pisando bien para evitar bolsas de aire que pudiesen producir encharcamiento y pudrición posteriormente.
Los arbolillos se deben proteger del ganado y de los animales mediante barreras que eviten que se acerquen mientras crecen y toman vigor. También se deben fertilizar, de acuerdo a la especie sembrada y desyerbar y mantenerlos erguidos.
Existen plantaciones forestales productoras de madera, alimentos y forraje para animales. También hay plantaciones protectoras que ayudan a preservar los nacimientos y márgenes de ríos y fuentes de agua y proporcionan hábitat a especies silvestres de plantas y animales.
Igualmente hay bosques de uso múltiple que combinan las funciones de protección, producción y conservación de flora y fauna.
Primero se limpia el terreno, repicando las malezas que luego servirán de abono. No es necesario limpiar totalmente el lote ya que se requiere aproximadamente un metro cuadrado de plato limpio para cada árbol.
Se hace un hoyo cuadrado de dimensiones aproximadas de 40 x 40 x 40 centímetros o según la especie a sembrar. La tierra que se saca del hueco se deja a un lado bien repicada. En este momento se puede mezclar al suelo, productos a base de micorrizas que se encuentran en las tiendas agropecuarias, cuyo aspecto es similar al compost y que facilitan el enraizamiento de las plantas en general.
La siembra se hace en época de lluvias, quitando la bolsa a los arbolillos escogidos en vivero, desechando las plántulas débiles, con tallos bifurcados o con escasez de raíces. El arbolillo sale con un molde cilíndrico de tierra en sus raíces, el cual se deja y se ubica en el centro del hoyo, agregando la tierra que se había dejado al lado y pisando bien para evitar bolsas de aire que pudiesen producir encharcamiento y pudrición posteriormente.
Los arbolillos se deben proteger del ganado y de los animales mediante barreras que eviten que se acerquen mientras crecen y toman vigor. También se deben fertilizar, de acuerdo a la especie sembrada y desyerbar y mantenerlos erguidos.
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